Cartas desde la Tierra: Carta IV

Cartas desde la Tierra Carta IV de Mark Twain Así la Primera Pareja fue expulsada del Edén bajo una maldición, una maldición eterna. Habían perdido todos los placeres que poseyeran antes de “La caída” y, sin embargo, eran ricos, porque habían ganado uno que valía por todo el resto: conocían el Arte Supremo. Lo practicaban con diligencia y se sentían plenos de satisfacción. La Deidad les ordenó practicarlo. Ellos obedecieron esta vez. Pero fue afortunado que no se los prohibiera, pues lo hubiesen practicado de todas maneras, aunque lo hubieran prohibido mil Deidades. Vinieron las consecuencias. Con el nombre de Caín y Abel. Y éstos tuvieron hermanas; y supieron qué hacer con ellas. Y por lo tanto hubo nuevas consecuencias. Caín y Abel engendraron varios sobrinos y sobrinas. Estos, a la vez, engendraron primos segundos. En este punto, la clasificación de los parentescos comenzó a hacerse difícil y se abandonó la idea de mantenerla. La grata tarea de...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información