Carta de un cornudo a otro ("El siglo del cuerno")

Carta de un cornudo a otro ("El siglo del cuerno") de Francisco de Quevedo Siempre fui, señor licenciado, de opinión que a los hombres que se casan los habían de llevar a la iglesia con campanillas delante como a los ahorcados, pidiendo por el ánima del que sacan a ajusticiar y habiendo de llevar teatrinos que los animasen. Más después que he visto esta materia de los maridos cuán en su punto está, soy del parecer que es el mejor oficio que hay en la república teniendo por acompañado el ser cornudo, gracias a Dios, que nos ha dejado ver tiempo en que es calidad y estoy sentido y aun avergonzado de parte de los que lo son de ver, que vuesa merced ande escondiéndose como afrentado de serlo. No me espanto que ahora es vuesa merced cornicantano y realmente se hallará atajado aunque se librará, con los besamanos y el ofrecerse: vuesa merced se hará a las armas como todos, y se comerá las manos tras ellos. Por estas hierbas cumplo veintisiete años y siete días de...

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