Caramurú: 19

Capítulo XVIII 19 Pág. 19 de 20 Caramurú Alejandro Magariños Cervantes Revelaciones Han pasado ocho días desde que expiró en los campos de Ituzaingó el poder brasileño en la ribera izquierda del Plata. En una espaciosa alcoba alumbrada por la tenue luz de una lámpara cubierta con una pantalla verde, sobre un lecho de agonía, yace un hombre como de cuarenta años, luchando con los últimos parasismos de la muerte. Una fiebre devorante hace latir las arterias de sus sienes y comunica un movimiento convulsivo a todos sus miembros; su respiración a intervalos es penosa y apagada; a intervalos estertórea y ronca; su pecho se levanta apresurado; el aire que penetra en él sale convertido en fuego de sus pulmones abrasados; sus ojos brillantes se dilatan o comprimen según la intensidad del dolor; ha perdido el habla, pero a veces la recobra, y entonces pronuncia, o mejor dicho, articula palabras vagas, oscuras, incoherentes, sin sentido alguno. Acaso una chispa...

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