Cañas y Barro: 70

Capítulo V 70 Pág. 70 de 158 Cañas y Barro Vicente Blasco Ibáñez Cambió por completo la situación de Tonet en el establecimiento de Cañamel. Ya no era un parroquiano: era el socio, el compañero del dueño de la casa, y penetraba en la taberna desafiando con altivo gesto la murmuración de las enemigas de Neleta. Si pasaba allí los días enteros, era para hablar de sus negocios. Entrábase con gran confianza en las habitaciones, interiores, y para demostrar que estaba como en su casa, franqueaba el mostrador, sentándose al lado de Cañamel. Muchas veces, si éste y su mujer andaban por dentro y algún parroquiano pedía algo, saltaba el mostrador, y con cómica gravedad, entre las risas de los amigos, servía los géneros, remedando la voz y los ademanes del tío Paco. El tabernero estaba satisfecho de su asociado. Un excelente muchacho, según declaraba ante los concurrentes de la taberna cuando Tonet no estaba presente; un buen amigo, que, si guardaba...

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