Cañas y Barro: 12

Capítulo II 12 Pág. 12 de 158 Cañas y Barro Vicente Blasco Ibáñez La barraca del tío Paloma se alzaba a un extremo del Palmar. Un gran incendio había dividido la población, cambiando su aspecto. Medio Palmar fue devorado por las llamas. Las barracas de paja se convirtieron rápidamente en cenizas, y sus dueños, queriendo vivir en adelante sin miedo al fuego, construyeron edificios de ladrillo en los solares calcinados, empeñando muchos de ellos su escasa fortuna para traer los materiales, que resultaban costosos después de atravesar el lago. La parte del pueblo que sufrió el incendio se cubrió de casitas, con las fachadas pintadas de rosa, verde o azul. La otra parte del Palmar conservó el primitivo carácter, con las techumbres de sus barracas redondas por los dos frentes, como barcos puestos a la inversa sobre las paredes de barro. Desde la plazoleta de la iglesia hasta el final de la población por la parte de la Dehesa, se extendían las...

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