Bendición de la tierra - Libro Segundo. Capítulo 2

El día 3 de setiembre Barbro desapareció, o mejor dicho –pues no desapareció del todo–, no se la podía encontrar donde estaban la casa y la choza. Axel ponía los cinco sentidos en un trabajo de carpintería; iba a asentar en la nueva casa una ventana y una puerta. Pero pasado el mediodía, al ver que no le llamaban a comer, fue a la cabaña. No había nadie. Se improvisó una comida con lo que encontró a mano, y no cesaba de buscar con la mirada; los vestidos de Barbro estaban colgados en la habitación. Antes de buscarla fuera de casa, trabajó un rato en la nueva construcción; y volvió otra vez a la cabaña. No había nadie aún. —¡Barbro! Nadie respondía a la llamada. Alrededor de las casas, arriba en la maleza, en los campos, casi una hora estuvo Axel buscando y gritando el nombre de la moza. Nada. Por fin, en sitio bastante apartado la encuentra tendida en el suelo, detrás de un matorral; el arroyo corre a sus pies. Va sin nada a la cabeza, descalza, y está...

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