Bendición de la tierra - Capítulo 9

Pasan los años. Un día compareció de nuevo un ingeniero en Sellanraa, acompañado de un capataz y dos trabajadores, los cuales venían para recorrer el trayecto de la línea telegráfica en proyecto. Esta vez la línea pasaría no lejos de la morada de Isak, y abrirían un camino recto a través del bosque. Esto, facilitando el tránsito, haría que el paraje fuera menos solitario y se iluminara con la luz del mundo lejano. —Este sitio –dijo el ingeniero– será el punto central entre dos valles; tal vez te propondrán para la inspección de la línea en ambas vertientes. —Te darán veinticinco táleros anuales por el servicio. —Bien, ¿y en qué consistirá mi trabajo? —En cuidar de que la línea no sufra desperfectos, que los cables sean repuestos si, acaso, se rompieran, y que la vegetación no crezca en perjuicio de la instalación. Te pondrán un aparatito instalado en la pared de tu casa que te indicará cuándo debes salir a inspeccionar. Entonces dejarás tus...

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