Bendición de la tierra - Capítulo 14

23/11/2010 5.820 Palabras

Y pasó el tiempo. Como era de esperar, Eleseus fue a la ciudad, porque Inger había hecho prevalecer su opinión. Al cabo de un año de estar allí, Eleseus tomó la primera comunión, se afirmó en el despacho del ingeniero y seguía progresando en la escritura. ¡Qué cartas enviaba a su casa, alguna vez escritas con tinta encarnada y azul! ¡Parecían cuadros! ¡Y qué lenguaje, qué frases! De cuando en cuando pedía dinero, ayuda: necesitaba dinero para un reloj de bolsillo con cadena, para no levantarse tarde por las mañanas; o necesitaba comprar una pipa y tabaco, como los otros jóvenes escribientes; o precisaba lo que él llamaba «dinero de bolsillo» y, además, dinero para la escuela nocturna, donde aprendía dibujo y gimnasia, y otras cosas «imprescindibles» en su edad y profesión. En fin, Eleseus tenía una colocación en la ciudad bastante dispendiosa. —¿Dinero de bolsillo? –preguntaba Isak–. Será el dinero que lleva en los bolsillos. ¿No? —Claro, para...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info