Bebedor de ajenjo

Bebedor de ajenjo de Mauricio Bacarisse  Si siempre estoy ensayando mi sonrisa amarga y triste, es porque estoy esperando a una mujer que no existe.  Víctima del desencanto sufro martirios letales; por eso adoro yo tanto mis dichas artificiales.  Paraísos artificiales que huyen del ruido y del sol... ¡Mis rimas son inmortales, pues son hijas del alcohol!  Soy mísero y decadente; en mi alma el Hastío muerde. Por eso adora mi mente los sueños del licor verde.  Licor venenoso y triste que como un suave beleño, un grato perfume diste al cadáver de mi ensueño.  Licor que tiene el matiz de unos ojos que yo amé, y del tinte del tapiz en que danzó Salomé.  (Ojos glaucos y perversos que asesinasteis mi vida, y le disteis a mis versos fragancia de flor podrida.)  Turbio ajenjo sibilino que tienes el sabor fuerte; que harás de mi desatino vestíbulo de la...

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