Batalla al borde de una catarata

Tener entre las manos largamente una sombraDe cara al solTu recuerdo me persiga o me arrastre sin remedioSin salida sin freno sin refugio sin habla sin aireEl tiempo se transforma en casa de abandonoEn cortes longitudinales de árboles donde tu imagen se disuelve en humoEl sabor más amargo que la historia del hombre conozcaEl mortecino fulgor y la sombraEl abrir y cerrarse de puertas que conducen al dominio encantado de tu nombreDonde todo pereceUn inmenso campo baldío de hierbas y de pedruscos interpretablesUna mano sobre una cabeza decapitadaLos piesTu frenteTu espalda de diluvioTu vientre de aluvión un muslo de centellasUna piedra que gira otra que se levanta y duerme en pieUn caballo encantado un arbusto de piedra un lecho de piedraUna boca de piedra y ese brillo que a veces me rodeaPara explicarme en letra muerta las prolongaciones misteriosas de tus manos que vuelven con el aspecto amenazante de un cuarto modesto con una cortina roja que se abre ante el infiernoLas sábanas...

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