Balada XXXIII: Historia de Cádiz

Baladas españolas Balada XXXIII : Historia de Cádiz de Vicente Barrantes A D. Adolfo de Castro Cuando el vencedor de Anteo mares y tierras corría, de la humana fantasía traslado y símbolo fiel, En medio del Occeano detuvo su heroica planta, roca audaz que se levanta como arabesco dosel. Maceta de gayas flores regada por las espumas; lecho de nieblas y brumas, donde los genios del mar, En las noches silenciosas vienen en conchas marinas en brazos de las ondinas muellemente a reposar. Irguió el buen dios la cabeza de tantos lauros ceñida, y la vista complacida en torno suyo tendió. Un cielo de ondas y espumas sonriendo a la bonanza, y un edén en lontananza, con alborozo miró. Guadalquivir, coronado como las ricas doncellas, de frutos y flores bellas se casa allí con el mar. Ciñendo la verde oliva, como vencido guerrero, de vencedor altanero las plantas viene a besar. Sólo entre el Tigris y el Eúfrates, do Adán y Eva moraron, ojos nacidos...

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