Balada XXV: El alma en vela
Baladas españolas Balada XXV : El alma en vela
de Vicente Barrantes
Cuando tiende la noche
su manto negro,
enmudecen las tumbas
del cementerio;
porque los vivos,
que despiertos olvidan,
¿qué harán dormidos?
Pero la tumba blanca
del tierno infante,
resuena cual capullo
que se entreabre;
porque ni en sueños
una madre se olvida
de su hijo muerto.
Entre sueños se abrazan,
y se sonríen,
y él, desde su sepulcro,
-«Calla,»-le dice;
«No sueñes, madre,
»no sueñes más conmigo,
»que soy un ángel.
»Cuando tu mente vela,
»madre querida,
»mi pobre alma no puede
»dormir tranquila;
»que cada lágrima,
»cada suspiro tuyo
»me llega al alma.
»Y en esta blanca tumba
»donde reposo,
»me conmueve y me pone
»lleno de gozo,
»como una gota
»de rocío conmueve
»la blanca rosa.»
Y su madre dormida
responde : -«Calla,
»no me impidas que sueñe,
»prenda del alma,
»ni que te llore
»como llora el rocío
»sobre las flores.
»Como en mis tiernos...
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