Apéndice 4. Junta de Ampliación de Estudios

COMO consecuencia de la pérdida de nuestras colonias en el exterior y de una situación general interna cada vez más degradada, el último período de nuestro siglo XIX se caracteriza en el ambiente intelectual por un examen de conciencia general y una autocrítica profunda de los males y posibles remedios para la decadente situación de nuestras instituciones, tanto políticas como sociales, culturales y científicas. La llamada crisis del 98 supone una reflexión y una llamada de alerta. La inteligencia liberal de principios de siglo empieza a profundizar en las causas del problema y, poco a poco, se llega a la opinión unánime de que la raíz, la base de nuestro atraso, está en el bajo nivel cultural que padecemos. Costa y Giner serán el alma de las nuevas ideas. Para ellos la solución está en europeizar a nuestros intelectuales, mejor dicho futuros intelectuales, ya que Europa en esos momentos es el alma mater de las nuevas ideas y de los últimos adelantos en el progreso...

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