Apéndice 2. La literatura americana: de Ed wards a Melville

ES en Boston —en el año 1639— donde se instala la primera imprenta en lo que luego serían los Estados Unidos de América. Pero es en Filadelfia, y gracias a Benjamín Franklin, donde aparece Pamela o la virtud recompensada, de Samuel Richardson, célebre escritor inglés en su tiempo. Por aquellos días, de fuerte preeminencia puritana, la piedad y la pedagogía «edificantes» eran los temas impuestos. Y, si la importación de libros —de Europa— daba lugar a un activo tráfico, la moralina eclesiástica se empeñaba en la persecución de obras «licenciosas», a la cual ni siquiera escapó la «virtuosa» Pamela, blanco de las diatribas del intransigente Jonathan Edwards, quien participaba del concepto de que «toda obra de imaginación es engañosa», lo cual viene a ser una pura redundancia. La primera novela de un autor de imaginación en territorio de Norteamérica es The power of sympathy, insípido engendro atribuido a William Hill Brown (1765-1793) o a una dama de...

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