Ángel Guerra: 107

Ángel Guerra Tercera parte - Capítulo III – Caballería cristiana de Benito Pérez Galdós III A los pocos días de aquella campestre actividad y de casi continuo vivir al aire libre, mejoró notablemente el estado nervioso del neófito, que dormía bien, y ni de día ni de noche volvió a tener alucinaciones, como el encuentro con su propia imagen vestida de cura. Adquirió su alma una serenidad apacible, en la cual veía claramente los nuevos horizontes de su vida. Sentíase fuerte contra las tentaciones, y aun robustecido por la lucha para combatirlas y vencerlas. El estado eclesiástico que pronto abrazaría, representábasele como el más hermoso, el más perfecto, el más adecuado a las ansias de su espíritu, y cuando atrás volvía los ojos para echar un vistazo a su vida pretoledana, sentía tal repugnancia, que antes quisiera mil veces la muerte que volver a ser lo que fue y a pensar lo que entonces pensaba. El constante trato con sus huéspedes, amigos o...

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