Ángel Guerra: 102

Ángel Guerra Tercera parte - Capítulo II – Casado confesor y consejero de Benito Pérez Galdós III No contaban con las interrupciones impertinentes. Apenas había empezado Ángel a explicarse, cuando entre su palabra y la curiosidad de su amigo se interpuso un cuerpo extraño, que hizo suspender la relación. No era otro que D. Eleuterio García Virones, pretendiente fastidioso de la capellanía de la Penitencia, el cual, al proyectar su estampa sobre la mesa, llenó de consternación a los dos que en ella, charlaban. «Ya sabía que estaban ustedes aquí... muy señores míos... Me lo dijo el mozo, y no he querido pasar sin saludarles. ¡Carambo! parece que lo ha hecho la Divina Providencia. Pasar yo... decirme el otro... ¡qué casualidad! las dos personas que podrían, si quisieran, conseguirme la plaza...» Dijo esto apoyadas las manos en la mesa, inclinándose hasta tocar con su desteñida teja las cabezas de ambos comensales. CASADO. - Mire, D. Eleuterio, aquí...

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