Ángel Guerra: 096

Ángel Guerra Tercera parte - Capítulo I – El hombre nuevo de Benito Pérez Galdós IX Tiempo hacía -replicó Leré riendo-, que no oíamos al amigo D. Ángel desatinar de esa manera. ¿Es que se le ha concluido la formalidad que adquirió no hace mucho? ¡Quiá! no, no. Ahí donde le ven, es menos niño de lo que parece. Si D. Tomé está mejor, hombre de Dios, es porque el Señor lo había dispuesto así. ¿Qué tiene que ver eso con que yo venga o deje de venir? -Piensa tú lo que gustes, conforme a tu santa modestia, y déjame. Lo único bueno que hay en mí es esta idea que tengo de tu poder espiritual, y si la perdiera, quedaría reducido a un hombre insignificante y vulgar. ¿Por qué es disparate creer que Dios obra maravillas por intercesión tuya? Bendito error el mío, si lo es, pues equivocándome me salvé. A todas estas, D. Tomé se había despejado, y hablaba como el que despierta de un largo sueño o vuelve de un remoto viaje. La remisión demasiado...

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