Ángel Guerra: 089

Ángel Guerra Tercera parte - Capítulo I – El hombre nuevo de Benito Pérez Galdós II El marino se fue a dar un paseíto y a tomar el sol, que aquel día, después de una mañana calimosa, picaba bien. Se sentía ágil, vigoroso, con ánimos para tirar mucho tiempo y gozar de la vida, espíritu y cuerpo dispuestos a nuevas empresas. Conviene añadir, para completar la historia del buen navegante, ciertas explicaciones de cosas que le habían pasado aquellos días, a saber: que con la rusticación, la vida al aire libre en país tan sano, las comidas metódicas, la paz del ánimo, se le recalentó la fría sangre, despertando en él dormidos instintos, y retrotrayéndole a la mocedad. La afición al mujerío, que fue la debilidad capital de su vida y ocasión de sus quebrantos, se le reverdeció en términos que se pasaba las horas de otero en otero, soñando con poéticas aventuras y con deleitables encuentros en medio de la soledad no morosa del monte. Pero la realidad no...

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