Ángel Guerra: 088

Ángel Guerra Tercera parte - Capítulo I – El hombre nuevo de Benito Pérez Galdós I Del Socorro no fue Ángel directamente a su casa, sino que se estuvo paseando por San Cristóbal hasta la hora de la cena, y no hallándose su mente en la mejor disposición para apreciar el tiempo, llegó a la calle del Locum un poco tarde, cuando ya Palomeque y el capellán de monjas habían trabado relaciones con las sopas de ajo. Poco expansiva estuvo en la mesa, y al levantarse de ella, como sintiese una fuerte atracción hacia el inocente y sencillísimo D. Tomé, se metió en su cuarto, robándole el tiempo y la soledad que para sus estudios y rezos necesitaba. Creía que la persona a quien primero debía comunicar sus graves resoluciones era el santito aquel, capaz, mejor que nadie, de comprenderlas y apreciarlas. Pero no se determinó a romper el sello que tales determinaciones suelen poner en los labios, y ambos frente a frente permanecieron taciturnos. Retirose Ángel a dormir,...

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