Ángel Guerra: 065

Ángel Guerra Segunda parte - Capítulo III – Días toledanos de Benito Pérez Galdós VI La presencia de Ángel le cortó la palabra, y dejando al otro con la suya en la boca, se fue derecho hacia el que había sido su yerno por detrás de la iglesia, y con benevolencia y tiesura le dijo: «Querido Ángel, ¡cuánto bueno por aquí...! Me alegro de verle. ¿Y qué me dice usted de mi destino? Yo no lo pretendí, pero tanto se empeñó el Ministro, que no tuve más remedio que aceptarlo, sacrificando mis ideas. Pero, ¡qué demonio! todos nos debemos al país, y si los que conocemos bien el tinglado, abandonáramos la Administración, ¿qué sería de ella? El Director me mandó venir sin pérdida de tiempo, porque está la provincia muy descuidada. Me he traído un auxiliar, que es de oro, y conoce perfectamente la localidad por haber sido aquí delegado de policía. Ya estamos con las manos en la masa. Amigo mío, no hay más remedio que ser inflexible, y reventar al que ...

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