Ángel Guerra: 060

Ángel Guerra Segunda parte - Capítulo III – Días toledanos de Benito Pérez Galdós I Ya no empleaba Guerra las frescas mañanas de Diciembre en vagar con soñadora inquietud por las partes más solitarias y poéticas del histórico pueblo. Como reacción de aquella actividad, entrole una pereza también soñadora, y se pasaba las horas muertas en su cuarto, sin más compañía que la del Niño Jesús y los acericos, leyendo o meditando hasta que llegaba el ansiado momento de visitar a los mancebos. El sabio Palomeque prestábale libros, entre los cuales Guerra prefería los de Historia, y de éstos los de Mariana, porque aquel estilo ingenuo y viril le cautivaba, así como la espontaneidad y frescura con que el mundo antiguo salía de sus páginas. Los reyes y príncipes que la lectura, cual arte mágico, ante sus ojos resucitaba, parecían encajar dentro de los muros y entre las callejuelas de aquella ciudad, como si no debieran ni pudieran existir allí otra clase de...

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