Ángel Guerra: 056

Ángel Guerra Segunda parte - Capítulo II – Tío Providencia de Benito Pérez Galdós III Subió Leré con un racimo de chiquillos pegado a las faldas, ávidos de catar lo que en un envoltorio traía. Al entrar en la pobre estancia del clérigo, saludó a Guerra con la mayor naturalidad, como si fuera cosa corriente verle allí todos los días. -Siéntate, mujer -le dijo su tío-, y descansa esos huesos que destinas a ser guardados en urna de cristal, con lacitos y flores de trapo, para que los besuqueen las beatas y te los llenen de babas. ¿Qué tal de santidad? ¿Te tratan bien las señoras esas de extranjis? -Pero si no son extranjeras, tío -dijo Leré con bondad regañona-. Si son tan españolas como usted y como yo. -Tú dirás lo que quieras; pero las dos con quienes ibas el otro día me olieron a gabachas, descendientes de aquellos pícaros intrusos que nos quemaron el claustro de San Juan de los Reyes. Y una te decía: Loguenza, vamos a guezar el gosario. ¡Con...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información