Ana Karenina VII: Capítulo XXIII

Ana KareninaSéptima parte: Capítulo XXIII de León Tolstoi Para emprender algo en la vida de familia es preciso que exista entre los esposos un completo acuerdo, una situación de mutua compenetración basada en el amor: o bien, un divorcio absoluto, una separación total. Cuando las relaciones entre los esposos son indefinidas y no se desenvuelven en ninguna de aquellas situaciones, nada puede ser llevado entre ellos a feliz término. Muchos matrimonios pasan años enteros así, en lugares desagradables a incómodos, y en una no menos desagradable e incómoda situación, sólo por no tomar una decisión cualquiera. Vronsky y Ana se encontraban en este caso. Tanto para el uno como para la otra, la vida en Moscú, en aquella época de polvo y calor, cuando el sol no brillaba ya como en primavera, los árboles de los boulevards estaban cubiertos de hojas y las hojas llenas de polvo, se les hacía insoportable. No obstante, no acababan de marcharse, como tenían decidido hacía...

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