Ana Karenina VII: Capítulo XIV

Ana KareninaSéptima parte: Capítulo XIV de León Tolstoi El médico no estaba levantado aún. El criado, ocupado en limpiar los cristales de sus lámparas de petróleo y sin dejar su trabajo, dijo a Levin que «el señor había ido a dormir tarde y le había ordenado que no le despertara. Ahora», añadió, «que creo que se levanta pronto». Absorto en su trabajo, apenas le había mirado, y aquella atención hacia las lámparas y su indiferencia ante las palabras de Levin, al primer momento indignaron a éste. Pero reflexionó en seguida y comprendió que nadie sabía lo que ocurría en su interior ni estaba obligado a compartir sus sentimientos, y se dijo que, por esta razón, debía obrar con tranquilidad y firmeza para romper el hielo de la indiferencia de los otros y alcanzar el fin que perseguía. «No debo precipitarme ni omitir nada, tal debe ser mi regla de conducta», se dijo, satisfecho de sentir toda su atención todos sus fuerzas físicas absorbidas por la tarea...

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