Ana Karenina VII: Capítulo XII

Ana KareninaSéptima parte: Capítulo XII de León Tolstoi Cuando Esteban Arkadievich y Levin se hubieron marchado, Ana se puso a pasear a lo largo de la habitación. Aunque inconscientemente (como lo hacía todo en los últimos tiempos), Ana había hecho durante toda la noche cuanto le había sido posible para enamorar a Levin. Sabía que había logrado su propósito tanto como era posible en una noche y tratándose de un hombre casado y honesto enamorado de su mujer. También él le había gustado y, a pesar de la gran diferencia que existía entre Vronsky y Levin, su tacto de mujer le había permitido descubrir en ambos aquel rasgo común gracias al cual Kitty había podido sentirse atraída por los dos. Y, no obstante, apenas se hubo despedido, Ana dejó de pensar en él para pensar en Vronsky de nuevo. Un solo pensamiento la perseguía de una manera obsesiva: «Si tal efecto causo en un hombre casado», se decía, «y enamorado de su mujer, ¿por qué sólo él se muestra...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información