Ana Karenina V: Capítulo XIV

Ana KareninaQuinta parte: Capítulo XIV de León Tolstoi Levin llevaba casado más de dos meses. Era feliz, pero no tan completamente como había esperado. A cada momento le salía al paso una decepción de sus antiguas ilusiones, o bien encontraba en otro un encanto inesperado. Aunque dichoso, veía, al hacer vida familiar, que ésta era muy diferente de lo que él había creído. Experimentaba lo que un hombre que, admirando primero los suaves movimientos de una barca en un lago, entrara luego él mismo en la embarcación. Veía que había poco tiempo para estar inmóvil sobre las aguas, que había que pensar, sin olvidarlo ni un momento, en el rumbo, que no podía tampoco echar en olvido que debajo había agua, que era preciso remar y que las manos, no acostumbradas, sentían dolor, y, en fin, que lo que es muy fácil de ver, resulta difícil de hacer aunque sea agradable. De soltero, ante la vida conyugal de los otros, con sus pequeñas miserias, sus disputas y celos, Levin...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información