Ana Karenina III: Capítulo IX

Ana KareninaTercera parte: Capítulo IX de León Tolstoi Daria Alejandrovna, rodeada de los niños recién salidos del baño, con los cabellos húmedos y un pañuelo en la cabeza, se acercaba a su casa en la lineika cuando el cochero le dijo: –Allí viene un señor. Me parece que es el dueño de Pokrovskoe. Dolly miró el camino que se extendía ante sí y se alegro al distinguir la bien conocida figura de Levin que se dirigía a su encuentro vestido con sombrero y abrigo grises. Siempre le satisfacía saludarle, pero ahora más, ya que iba a verla rodeada de cuanto constituía su orgullo, vanidad que nadie podía comprender mejor que él. En efecto, Levin, al distinguirla, se halló ante uno de los cuadros de dicha imaginados por él para su vida futura. –¡Daria Alejandrovna! ¡Parece usted una gallina rodeada de sus polluelos! –Celebro mucho verle –dijo ella, sonriendo y alargándole la mano. –Claro: se siente usted tan feliz que no se le ocurrió ni darme noticias...

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