Ana Karenina I: Capítulo XI

Ana KareninaPrimera parte: Capítulo XI de León Tolstoi Levin bebió el vino de su copa. Ambos callaron. –Tengo algo más que decirte –indicó, al fin, Esteban Arkadievich–. ¿Conoces a Vronsky? –No. ¿Por qué? –Trae otra botella ––dijo Oblonsky al tártaro, que acudía siempre para llenar las copas en el momento en que más podía estorbar. Y añadió: –Porque es uno de tus rivales. –¿Quien es ese Vronsky? –preguntó Levin. Y el entusiasmo infantil que inundaba su rostro cedió el lugar a una expresión aviesa y desagradable. –Es hijo del conde Cirilo Ivanovich Vronsky y uno de los más bellos representantes de la juventud dorada de San Petersburgo. Le conocí en Tver cuando serví allí. Él iba a la oficina para asuntos de reclutamiento. Es apuesto, inmensamente rico, tiene muy buenas relaciones y es edecán de Estado Mayor y, además, se trata de un muchacho muy bueno y muy simpático. Luego le he tratado aquí y resulta que es hasta inteligente e...

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