Amalia: 77

Amalia: El tálamo nupcial Quinta parte, Capítulo 19 de José Mármol Cuando el reloj de la quinta daba las diez de la noche, Pedro abría el portón para que entrase Daniel, después de haber oído y conocido su canto en la lóbrega y solitaria calle Larga. Y en ese momento también, una escena bien diferente tenía lugar a pocos pasos: era Amalia, que, desde la primera vibración del reloj, había estremecídose con más violencia aún que en las veces anteriores, y refugiado su cabeza en el seno de su esposo, abrazándose de él instintivamente, como si el eco del metal fuese la voz fatídica del dolor, que la viniese a anunciar una desgracia en esa mitad de su vida, en esa su vida entera, que se llamaba Eduardo. -¿Qué es esto, amado mío, esposo mío? -le preguntó al fin, derramándose de su mirada rayos de luz y de amor, sombras de pesadumbre y de inquietud-, ¿qué es esto? ¡Es la primera vez de mi vida que se obra en mi alma tal misterio, y a medida que pasan las...

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