Amalia: 67

Amalia: La ronda federal Quinta parte, Capítulo 9 de José Mármol Todavía Eduardo tenía vuelta su gallarda cabeza hacia la dirección de la descarga, y las manos llevadas instintivamente a los bolsillos donde tenía sus pistolas, cuando la voz de Amalia interrumpió el silencio de aquel lúgubre recinto, exclamando: -¡Sube, sube, por Dios! -oprimiendo el brazo de su amado y queriendo arrastrarlo con sus débiles manos. Eduardo, comprendiéndolo todo, y el peligro de que permaneciese Amalia un minuto más en aquel lugar, la tomó por la cintura con su robusto brazo, diciéndola: -Sí, pronto, no hay que perder un momento -mientras que Luisa, prendida del vestido de su señora, quería darla apoyo también para subir ligero. Apenas habrían caminado dos minutos cuando una segunda descarga los paró maquinalmente a todos, haciéndoles volver la vista a la dirección que traía el sonido, y entonces percibieron claro, aunque a larga distancia, una súbita claridad en el río, y...

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