Amalia: 39
Amalia: Los dos amigos
Tercera parte, Capítulo 14
de José Mármol
-Vamos, pero hasta la puerta del gabinete solamente, porque yo soy el médico del alma de este hombre, y sabe usted que los médicos tienen siempre que hablar solos con sus enfermos.
-¡Ah, Daniel!
-¿Qué hay, señor?
-Nada, entra; pasa adelante; yo me voy a la sala -dijo Don Cándido al entrar Daniel al lugar clasificado de gabinete, y volviendo sobre sus pasos.
-Buen día, mi querido Eduardo -dijo Daniel a su amigo, sentado en la vieja poltrona de Don Cándido, delante de su mesa de escribir.
-Bien podías haberme tenido hasta mañana en esta maldita cárcel sin saber una palabra de nadie -dijo Eduardo.
-¡Ah!, ¿empezamos por reconvenciones?
-Me parece que tengo razón: son las diez de la mañana.
-Cierto, las diez.
-Y bien, ¿qué es de Amalia?
-Muy buena está, gracias a Dios, pero no gracias a ti, que haces todo lo posible porque lo pase mal.
-¿Yo?
-Tú, sí; y ahí está la prueba -dijo Daniel...
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