Amadeo I : 14

Amadeo I : 14 de Benito Pérez Galdós No sé cómo escapamos de aquel antro, que tal me parecía... Salimos oyendo la voz lejana de don Hilario que decía: «No, no; nunca». En la calle nos encontramos Mariclío y yo, y apenas tomamos la dirección que ella indicara, noté que su persona se iba despojando de la dignidad señoril, y su vestimenta desluciéndose hasta tomar las apariencias humildísimas con que la vi en la gruta de Graziella. Pero a medida que envejecía y se vulgarizaba, era mayor su agilidad, y su paso tan vivo que no podía yo seguirla sin sofocarme. Yo me preguntaba: «¿Cómo ha podido cambiar tan pronto de traje y facha?... ¿Y dónde demonios lleva escondidos los zapatos de medio lujo?... ¿Y cómo salimos de Palacio sin pasar por ninguna de sus puertas?... ¿Y qué se le habrá perdido a esta buena señora en la Fuente de la Teja?». Por...

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