Al primer vuelo:7

Al primer vueloCapítulo VII: Visitas de José María de Pereda Capítulo VII: Visitas Lo anunciado a este propósito por don Claudio Fuertes y León en casa de don Alejandro Bermúdez, se cumplió casi al pie de la letra. A las once de la mañana, precisamente en el instante en que esa hora sonaba en la torre de la Colegiata, se sentaban en el estrado de Peleches Rufita González y su madre, las «parientas» de la casa, con todos los útiles de visitar encima: guantes, abanico, sombrilla y tarjetero, y los trapos mejores del baúl. -Nosotras -decía Rufita después de los acostumbrados saludos; porque es de saberse que su madre apenas desplegaba los labios sino para sonreír continuamente y decir a todo «justo»-, teníamos noticias exactas de su venida a Peleches este verano, no solamente por don Claudio que tanto nos distingue porque nos aprecia muchísimo, sino por la misma tía Lucrecia que nos lo escribió por el último correo, al darnos parte de que vendría también...

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