Además del frac: 3

Además del frac - Capítulo 3 de Felipe Trigo «¡Guau!, ¡guau!, ¡guau!» ¿Eh? «¡Guau!, ¡guau!» Debía de ser un perro el que ladraba. Bueno, ¡claro!, un perro. Pero, además, él quería decir un perro perteneciente a la jauría. -¡Señora duquesa, me parece que ahí están! -¿Quiénes? -Los perros. La jauría. -¡Ah! José de San José... ¡qué diablo!, era analista. Este «¡Ah!» de la joven señora duquesa, no le pareció, verdaderamente, ni un «¡Ah!» de regocijo ni un «¡Ah!», siquiera, de satisfacción. Más bien un «¡Ah!» de frialdad y de contrariedad porque reuníanse con la gente. Refrenó su jaca torda, que tropezó en unas taramas, y corno quedábase detrás, pudo observar en su caballo a la duquesa. Era una amazona o un demonio. La luna, en las soledades de este monte, la prestaba nueva seducción. Llevaba un sombrero-petaca gris, con pluma de faisán. Los ojos negros. El pelo negro. ¿Cuántos años tendría esta hermosa criatura de duquesa?...

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