A prueba:6
A prueba: Capítulo 6
de Felipe Trigo
Había quedado como un dichoso que realiza enteramente su ideal, como un hombre que en el descanso ya logrado del ensueño, no tiene por qué de nada preocuparse; y sólo mucho después, al acostarse para adormir sus venturas en la cama de la fonda, cayó en la cuenta de que su partida de la quinta, debió dejar en grandes confusiones a Carlota y Josefina.
Efectivamente, ellas atribuirían la inexplicable fuga a la desilusión... ¡qué atrocidad! por la estatua que había visto.
Supuso llorando a Josefina; supuso consternada a la mamá; y el contraste de tal pena con la dicha sin límite y sin fin que él disfrutaba, le hizo levantarse.
Se vistió una bata, por hábitos de consideración a sí mismo, y fue a la mesa escritorio. Ansiaba tranquilizarlas.
Y escribió, en un papel de holanda elegantísimo que tenía en metálicos colores el escudo de su casa:
«Amiga Carlota: ¡gracias, mil gracias! ¡soy feliz... La estatua llena mi...
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