A las ardientes puertas de diamante

A las ardientes puertas de diamante de Lope de Vega Soneto 129    A las ardientes puertas de diamante, coronado del árbol de Peneo, mostraba en dulce voz llorando Orfeo que allí puede llorar un tierno amante.    Suspendidas las furias de Atamante y parado a sus lágrimas Leteo, en carne, que no en sombra, su deseo, vio su querida Eurídice delante.    ¡Oh dulces prendas de perder tan caras! tú, Salicio, ¿qué dices?, ¿amas tanto, que por la tuya a suspender barajas    los tormentos del reino del espanto? Paréceme que dices que cantaras que el doblaran la prisión y el llanto. Sonetos - Parte II de Lope de Vega Versos de amor, conceptos esparcidos - Cuando imagino de mis breves días - Cleopatra a Antonio en oloroso vino - Era la alegre víspera del día - Sirvió Jacob los siete largos años - Al sepulcro de Amor, que contra el filo - Estos los sauces son y ésta la fuente - De hoy más las...

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