A Granada

A Granada de Pedro Antonio de Alarcón  ¡Bien haya el sacro libro del místico poeta  que tus recuerdos canta sobre el hundido ayer!  Él cuente tus historias, esposa del Profeta,  llorando en tus ruinas tu efímero poder.  ¡Bien hayan los suspiros que el moro desterrado  desde la ardiente Libia te manda sin cesar!...  Él cuente lo que has sido y evoque tu pasado,  creyendo ver tu sombra surgir del ancho mar.  Yo, al son de un arpa, triste y oculto entre las flores,  cual pájaro perdido, mi voz ensayaré,  cantando los que aún brindas halagos seductores  al pobre peregrino que al fin tu suelo ve.  Las gracias que hoy te adornan, los dones inmortales  que la naturaleza gentil te prodigó,  tu eterna vestidura de encantos virginales,  tu nombre bendecido cantar pretendo yo.  ¡Granada! En tu recinto tal vez la poesía  del mundo...

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